Este podría ser el reclamo de muchos niños y jóvenes: No soy la nota que obtengo en un examen, ni siquiera soy la nota que mis maestros ponen en el boletín.
Aunque pareciera obvio esta demanda, la realidad es que cada vez más, los padres incitados por la presión social que existe alrededor de los estudios, la escuela y sus resultados, valoran más a sus hijos por sus calificaciones y por los resultados que obtienen en el colegio que por cualquier otro aspecto de sus vidas, incluyendo el esfuerzo que realizan por salir bien.