Himno Nacional Dominicano
Letras: Emilio Prud’Homme
Música: José Reyes

Quisqueyanos valientes, alcemos
Nuestro canto con viva emoción,
Y del mundo a la faz ostentemos
Nuestro invicto glorioso pendón.

¡Salve! el pueblo que, intrépido y fuerte,
A la guerra a morir se lanzó,
Cuando en bélico reto de muerte
Sus cadenas de esclavo rompió.

Ningún pueblo ser libre merece
Si es esclavo indolente y servil;
Si en su pecho la llama no crece
Que templó el heroísmo viril,

Mas Quisqueya la indómita y brava
Siempre altiva la frente alzará;
Que si fuere mil veces esclava
Otras tantas ser libre sabrá.

Himno Nacional Dominicano
Letras: Emilio Prud’Homme
Música: José Reyes

Quisqueyanos valientes, alcemos
Nuestro canto con viva emoción,
Y del mundo a la faz ostentemos
Nuestro invicto glorioso pendón.

¡Salve! el pueblo que, intrépido y fuerte,
A la guerra a morir se lanzó,
Cuando en bélico reto de muerte
Sus cadenas de esclavo rompió.

Ningún pueblo ser libre merece
Si es esclavo indolente y servil;
Si en su pecho la llama no crece
Que templó el heroísmo viril,

Mas Quisqueya la indómita y brava
Siempre altiva la frente alzará;
Que si fuere mil veces esclava
Otras tantas ser libre sabrá.

Que si dolo y ardid la expusieron
De un intruso señor al desdén,
¡Las Carreras! ¡Beller!, campos fueron
Que cubiertos de gloria se ven.

Que en la cima de heroico baluarte
De los libres el verbo encarnó,
Donde el genio de Sánchez y Duarte
A ser libre o morir enseñó.

Y si pudo inconsulto caudillo
De esas glorias el brillo empañar,
De la guerra se vio en Capotillo
La bandera de fuego ondear.

Y el incendio que atónito deja
De Castilla al soberbio león,
De las playas gloriosas le aleja
Donde flota el cruzado pendón.

Compatriotas, mostremos erguida
Nuestra frente, orgullosos de hoy más;
Que Quisqueya será destruida
Pero sierva de nuevo, ¡jamás!

Que es santuario de amor cada pecho
Do la patria se siente vivir;
Y es su escudo invencible: el derecho;
Y es su lema: ser libre o morir.

¡Libertad! que aún se yergue serena
La Victoria en su carro triunfal,
Y el clarín de la guerra aún resuena
Pregonando su gloria inmortal.

¡Libertad! Que los ecos se agiten
Mientras llenos de noble ansiedad
Nuestros campos de gloria repiten
¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad!

Himno a la Bandera
Letra: Ramón Emilio Jiménez
Música: Juan Francisco García

Ya empezó su trabajo la escuela
y es preciso elevarte a lo azul
relicario de viejos amores,
mientras reine la mágica luz.

Nos sentimos arder a tu influjo
la luz viva de un fuego interior
cuando flotas alegre, besada
por los cálidos rayos del sol.

¡Dios!, parece decir, ¡oh bandera!
la sublime expresión de tu azul;
¡Patria!, el rojo de vívida llama;
¡Libertad!, dice el blanco en la cruz.

Mientras haya una Escuela que cante
tu grandeza bandera de amor,
flotarás con el alma de Duarte
vivirás con el alma de Dios.

Himno a Juan Pablo Duarte
Letras: Ramón Emilio Jiménez
Música: José de Jesús Ravelo

En la fragua de la escuela
nuestra patria fue forjada,
y el calor de su enseñanza,
le infundió vida sagrada.

La gloriosa Trinitaria
que fundara, tu heroísmo,
fue la cátedra primera,
de moral y de civismo.

Fuerza era que un maestro
preparara, la conciencia,
donde habría de nacer,
la soñada independencia.

Y es así como cantamos,
tus virtudes allá el estro,
junto al padre de la patria,
la figura del maestro.

En la escuela se te honra,
por tus hechos, sacrosantos,
en las letras y las notas,
encendidas de sus cantos.

Y al honrarte recordamos,
tu patriótico heroísmo,
es al prócer y al maestro,
que los dos son uno mismo.

La Bandera dice patria
y al decirlo se revela,
que es el alma de la patria
señalándonos, la escuela.

Himno a Matías Ramón Mella
Letras: Ramón Emilio Jiménez
Música: Julio Alberto Hernández

No fue nunca la divisa del instinto de matar,
ni fue el rígido instrumento de la fuerza militar
provocando las groseras ambiciones del poder:
fue tu espada la divisa del honor y del deber.

Fiel discípulo de Duarte,
comprendiste el ideal,
y sirviendo los destinos
de la causa nacional.

Disparaste tu trabuco,
que rugió como León,
despertando las conciencias
y clamando redención.

La Bandera fue tu culto,
la Bandera fue tu altar,
y dijiste: “Cuando vaya para
siempre a descansar.

Que ella envuelva mi cadáver”.
Y moriste con honor,
en los brazos
siempre abiertos de la enseña tricolor.

Y después, cuando quisieron
de la fosa recoger,
tus cenizas veneradas,
un milagro pudo ser:

Encontraron la Bandera,
la Bandera tricolor,
reviviendo en sus matices
la grandeza de tu amor.

Himno a Francisco del Rosario Sánchez
Letras: Ramón Emilio Jiménez
Música: José de Jesús Ravelo

Sánchez glorioso, varón ilustre
que no supiste jamás hollar
los sacros fueros del patriotismo
que levantaron el patrio lar;

Tú que juraste morir de hambre
antes que siervo comer un pan,
y lo cumpliste cuando tu cuerpo
de muerte herido cayó en San Juan;

Tú que en los labios siempre tuviste
fiero anatema para el traidor
que malograra La Patria hermosa
por la que dieras vida y honor;

Derecho tienes a que elevemos
en tu memoria cantos de amor;
ningún soldado fue más glorioso,
nadie ha luchado con más valor!

Cuando miramos llenos de orgullo
la patria enseña, con qué fruición
pensamos todos que representa
la parte roja, ¡tu corazón!