La autoestima de los hijos se consolida y fortalece con nuestras acciones.
Manifieste el amor a sus hijos.
No es lo mismo decir que ama a su hijo, que hacerlo sentir realmente amado.
Pase tiempo de calidad con ellos.
No es la cantidad de horas que pasan juntos, sino el tiempo que verdaderamente usted le dedica a su hijo y le presta atención.
Escúchelos: ¡tenga cuidado con la atención que le pone a sus hijos!
Si su hijo desea enseñarle alguna tarea que realizó para la escuela y usted tiene cosas que hacer, dígale: “vamos a ver ahora lo que hiciste, porque luego tengo que dedicarme a hacer mi trabajo”. No se ponga a hacer su trabajo sin hacer contacto visual con él y sin dedicarle un momento de atención. Muéstrele respeto. Para él son muy importantes sus deberes y responsabilidades.
Cuidado con los límites.
Los límites en el hogar deben ser realistas. La extrema libertad y el rompimiento de las reglas no es nada provechoso para su hijo. Romper constantemente las reglas lo hace inseguro. Haga que las reglas del hogar sean claras, razonables e inquebrantables. Este ejercicio requiere de mucha paciencia, amor y consistencia, pero valdrá la pena.
Déjelos opinar.
Que su hijo exprese su punto de vista, es algo muy saludable. Tenga en cuenta cosas sencillas como: ¿qué deseas cenar? ¿a dónde te gustaría ir? ¿qué prefieres jugar?
Déjelos que enfrenten retos.
Cuando su hijo tenga una presentación o alguna competencia deportiva; asista, vaya y apoye a su hijo.
Aunque las posibilidades de fracaso sean latentes, esto no debe ser un factor que impida que usted le de su apoyo. Siempre que su hijo se encuentre en un entorno seguro, si las cosas le estén saliendo mal evite intervenir. Si usted no se puede resistir y decide resolver el asunto, estará educando a una persona dependiente que no será capaz de resolver sus problemas por sí mismo.
Es importante crear un balance entre la protección y la necesidad de realizar cosas nuevas y emprender retos
Es normal equivocarse.
En ocasiones, su hijo querrá tomar decisiones que de antemano usted ya conoce el resultado. Por favor, no le diga: “te lo dije”. Lo importante es que él aprenda que se puede equivocar y que no hay nada malo en eso.
Haga fiesta con los logros de sus hijos.
Si su hijo logró hacer algo por sí mismo, si se esté superando y esforzándose, celébrelo. Dígale lo orgulloso que usted está. La aprobación de los padres es sumamente importante para su hijo. Llame a la abuela, al tío, a la tía… hágale saber que ha hecho algo de lo que todos están orgullosos. No lo opaque mostrándole un fracaso en otra área o comparándolo con un hermano o amigo.
Motive a sus hijos.
Usted debe utilizar palabras de fortaleza con su hijo. Palabras como: “bien hecho”, “lo hiciste bien”, “creo en ti”, “sigue adelante”, “tú puedes”, “eres muy bueno en lo que haces”, “estoy orgulloso de ti”. Son palabras que harán que se eleve su autoestima.
Sea agradecido(a).
Acostúmbrese a agradecer por el hijo que tiene. De repente, diga en voz alta: “Gracias Dios por mi hijo”, y puede que él solo se ría de sus palabras, pero sabrá que su agradecimiento es sincero y eso los hará sentirse seguro y confiado de su amor.